Un ministro del Estado pide a una institución, supervigilada por su cartera, contratar a integrantes de su staff.

Por falta de vacantes en su ministerio, un ministro del Estado pide a la directora de un servicio supervigilado por dicha cartera, que contrate a tres personas de su total confianza, indicándoles, además, el sueldo que debía recibir cada uno. Es decir, si bien fueron contratados por este servicio, en realidad trabajaban como asesores del ministro. La directora accedió a dicha petición, aun cuando la atribución de decidir a quiénes contratar y despedir no correspondía al ministro, ya que este servicio era completamente autónomo en dicha tarea.
AA.VV (2019). Dilemas Éticos para la Economía y los Negocios. Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile. Ediciones Centro de Enseñanza y Aprendizaje. Santiago. ISBN 978-956-19-1152-9